Que el nombramiento de Carlos Orvañanos como vocero del PAN en Quintana Roo, no habría caído nada bien entre los partidos integrantes del Frente Amplio a nivel local.
En primera, dicen los que saben, porque representa al “joaquinismo”, el cual, en tiempos de supuesta reconstrucción de la oposición, perjudicaría mucho más de lo que ayudaría.
En segunda, explican, Carlos Orvañanos no vive “de planta” en Cancún; señalan que desde hace algún tiempo está avecindado en Vail, Colorado, en Estados Unidos.
Y tercera, el plan del grupo panista que controla ese partido en el estado es cerrar la posibilidad de una candidatura al exfutbolista, Hugo Sánchez, quien directamente en la Ciudad de México recibió la invitación para abanderar al Frente en Cancún.
Porque el objetivo del blanquiazul quintanarroense sería claro: postular a Carlos Orvañanos para la presidencia municipal de Cancún en 2024.
En 2021, con todo y Carlos Joaquín, no pudieron darle la candidatura que al final quedó en manos de Jesús Pool.
Pero además, el mensaje que envió la propia dirigente del PAN, Reyna Tamayo, dejaría entrever que el control del partido estaría en manos de Carlos Orvañanos.
Será el encargado de “darle voz al panismo quintanarroense”.
Por lo pronto y en tiempos donde la oposición necesitaría unirse, el PAN estaría trazando su ruta unilateral que demostraría una de dos cosas: soberbia o debacle.
Al tiempo.
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