| OBSERVATORIO | El huachicol fiscal, la ‘mula arisca’ y los aduanales

Que “la mula no era arisca”.

Al menos así habría justificado Rafael Marín Mollinedo, director de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), el huachicol fiscal por el que 30 agentes aduanales, que presuntamente mantenían el control del contrabando de hidrocarburos, fueron despedidos.

Pero, de nuevo, “la mula no era arisca”, frase que utilizó el titular de la ANAM para defenderse del asunto que pinta el gran mural de corrupción dentro de las aduanas. 

La pregunta sería ¿por qué a estas alturas, cuando faltan menos de dos años para definiciones políticas, llega el “desmantelamiento” del huachicoleo fiscal?

Y un cuestionamiento más sería ¿por qué no denunció el tema en su primera gestión al frente de la ANAM entre 2022 y 2023?

Pues, la mencionada “mula arisca” también estaría preguntándose el motivo por el cual Rafael Marín no persiguió, denunció y castigó el huachicoleo fiscal en su primera etapa como máximo jefe aduanal hace tres años.

En una dinámica que reveló pagos ridículos por importación de contenedores, fue uno de los ejemplos casi anecdóticos que dio de la corrupción institucionalizada. 

Dicen los que saben que en política no hay casualidades, sino causalidades.

Por eso llamaría la atención que tras destaparse la red de corrupción aduanal, ahora sí se tomen cartas en el asunto. Sobre todo, con el Proceso Electoral a un abrir y cerrar de ojos.

“Ya ahorita está detenido definitivamente el huachicol fiscal; era por las aduanas del norte y de los puertos (…) Lo hemos atajado y estamos pendientes. Si se llega a descubrir uno, procedemos inmediatamente y le damos parte a la fiscalía”, dijo en el Senado.

Por lo pronto y con la nueva Ley Aduanera, el panorama en la ANAM luce complicado y también podría complicarse para las aspiraciones en 2027.

Al tiempo.