Que el Frente Amplio ya no sería tan amplio en Quintana Roo.
Y tampoco un frente, ya que ha sido condescendiente -y a veces entregado- con los Gobiernos de Morena.
Al menos, así quedaría evidenciado tras romper la coalición PRI y PAN con PRD.
Una decisión que habría sorprendido a propios y extraños, incluso a algunos dentro de la 4T.
Sobre todo, porque la lógica dictaría que en una elección complicada para la oposición como la de este año, sería indispensable -más que necesario- unir todas las fuerzas posibles.
Pero no estaría ocurriendo así.
El panorama luciría difícil, muuuuy difícil, pero ahora sería una especie de secuela tropical de Misión Imposible.
Porque los partidos en cuestión estarían obligados a triplicar esfuerzos ante Morena y aliados.
Municipios como Cozumel podrían sufrir la falta hasta de uno, cinco o quince votos, en caso de que, como ha sucedido en el pasado, la contienda en las urnas sea disputada.
Y en Playa del Carmen pondría a pensar a más de uno sobre el posible escenario.
Solo como referencia, con base en datos y no opiniones, para la elección de diputaciones locales en 2022 el PAN logró 59,838 votos (10.94%); PRI, 26,521 (4.85%) y PRD, 16,321 sufragios (2.98%), con el respaldo -a medias si se quiere ver así- del Gobierno de Carlos Joaquín.
El Partido Verde por sí solo alcanzó 122,514 votos (22.40%), es decir, habría ganado en el global a los tres juntos.
Para estos comicios, Morena tiene el dominio en estados y municipios,
Entonces, la pregunta sería ¿juegan a ganar perdiendo? ¿les alcanzará para suficientes posiciones pluris que garanticen una oposición?
Por lo pronto, la 4T ya tendría una preocupación menos ante el desinterés del Frente en Quintana Roo.
Al tiempo.
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