Que la ‘confrontación’ mediática y en redes sociales entre la alcaldesa panista, Lili Campos y la dirigencia estatal de Morena, habría exhibido una débil defensa en cuanto a la operación política de la edil se refiere.
Y es que el municipio Solidaridad, cuya cabecera es Playa del Carmen, es el último eslabón que faltaría a la 4T con el que tendría el control total del estado.
Para ello y con todo lógica, existiría una clara advertencia política desde Morena para recuperar esa demarcación en 2024.
Mensaje que inició desde la propia gobernadora el pasado 28 de julio.
La situación de esta semana demostraría una grave falla dentro del equipo de Lili Campos: la operación política.
De entrada, tanto su secretaria general, Kira Iris San, como su operador político y brazo derecho, Filiberto Martínez, dejaron que Lili entrara en la “guerra de declaraciones” de manera directa con Morena.
Sí, directa. Eso es inadmisible en la configuración de una correcta operación política.
Porque, primero, para eso está la encargada de la política interior que es Kira Iris San, quien debe amortiguar los “golpes” hacia el Ayuntamiento sí o sí. Es la responsable directa del control de daños.
Y, segundo, Filiberto Martínez resquebrajó una posible defensa partidista y orilló a que PRD, PRI y PAN, hicieran lo suyo por separado.
En ambos casos, Lili quedó a la intemperie. Desprotegida. Vulnerable.
Si en próximas semanas no cambia y, lo más importante, fortalece esa estrategia política, Lili y el Frente podrían perder el único bastión que tienen hoy: Playa del Carmen.
Porque más allá de si su trabajo al frente de la comuna la avala, con Morena y el aparato político enfrente, 2024 podría ser una pesadilla.
Al tiempo.
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